Continuamente estoy revisando temas de Inteligencia emocional y Psicología positiva, para mejorar mis cursos y charlas, por mi curiosidad natural, pero sobre todo guiado por un sincero deseo de encontrar fórmulas que sean útiles para los que me escuchan y leen, así como para mí mismo. En estos días recientes he encontrado muy atinado leer sobre estas cosas, porque experimenté en mi interior una sensación muy pesada a propósito de las nuevas circunstancias con las que se ha presentado este año (*) y me vi en la necesidad de tomar una cucharada de mi propia medicina.
Una definición del Estrés que me resulta útil es la siguiente: «tensión que se genera cuando la situación presenta demandas y exigencias para las cuales no tenemos soluciones y respuestas que nos permitan atenderla en forma competente». Insisto mucho en mis talleres y charlas que el Estrés es deseable porque nos lleva a probar nuevas formas de actuar y por tanto a crecer. Pero, altos niveles de cortisol (hormona del estrés) en forma prolongada producen alteraciones en la memoria, en la restauración celular y en el sistema inmunológico. Además, el estrés intenso disminuye la creatividad y nos lleva a un estado de emergencia en el que usamos hábitos conocidos, fomentando el estancamiento y el retroceso en nuestro desarrollo como personas.
El estrés activa a su vez respuestas emocionales, que llevan a la segregación –en forma autónoma- de otras hormonas, aminoácidos y neurotransmisores en el organismo. Ese cocktail químico produce efectos en procesos básicos como la atención y la percepción, así como en los procesos superiores como el pensamiento y las facultades intelectuales.
Al conducir bajo los efectos del “emocionol” podemos complicar más las cosas. En todo caso, los obstáculos y las reacciones que producen en nosotros pueden actuar como una cortina de humo que nos distrae de nuestros propósitos. Si no tenemos el propósito claro, nos distraemos con el obstáculo. Y más importante que el obstáculo, es la energía que nos va a ayudar a superarlo y esa energía es la visión de donde vamos, es lo que nos da la inspiración, lo que da sentido a superar la prueba, lo que nos permite ver más allá de la dificultad misma.
Ante el estrés hay que usar estrategias de regulación emocional que nos permitan depurar el organismo para reestablecerlo y poder acudir a las partes más elevadas de nuestro ser (más alto self), a nuestra creatividad, a nuestra inspiración, y allí poder encontrar las respuestas. Las estrategias eficaces son muchas y muy variadas y van desde ejercicios psicofísicos, pasando por técnicas cognitivas, hasta herramientas universales y milenarias como la alegría y el altruismo.
Si no se utilizan deliberadamente estrategias eficaces, el organismo usará espontáneamente estrategias ineficaces, también conocidas como defensivas. Estas son muy variadas y dependen de la personalidad y tendencias de cada quien y van desde las más regresivas como la enfermedad física (alérgicas o funcionales), psicológicas (depresión o trastornos de ansiedad) hasta las que pasan desapercibidas, sea de tipo agresivo (maldecir, reprochar, culpar, vengar) o de tipo pasivo (quejarse, deprimirse o búsqueda de placer inmediato). Tienen un denominador común: proporcionan un alivio temporal que complica la situación mientras el problema crece.
El uso de estrategias defensivas por periodos prolongados de tiempo afectan en forma permanente la conducta, la auto imagen y la visión del mundo de la persona (síndrome de desgaste-burnout), desconectándolo de su creatividad y pasión. Con menor probabilidad de dar soluciones eficaces a los problemas, la falla reiterada lleva a la frustración, esta alimenta la creencia de que no es posible cambiar las cosas, esto lleva al desánimo y la indolencia, y para cerrar el círculo conduce a nuevos desatinos en la solución de problemas. Esto que Martin Seligman llamó el ciclo de la desesperanza, y yo llamo el ciclo reactivo, está asociado a la pobreza, no sólo material, sino también psicológica y espiritual.
El ejercicio de la libertad es la ventana para pasar al ciclo del éxito que Seligman llamó ciclo de la esperanza y que yo llamo ciclo activo: el optimismo alimenta la esperanza, la cual activa el entusiasmo y el compromiso, esto conduce al cumplimiento y este proporciona percepción de autoeficacia y satisfacción, lo que corrobora el optimismo. El optimismo es la creencia de que se va a poder superar la situación e incluye la imagen de cómo serían las cosas una vez superado. Esta creencia, es el fundamento de la esperanza, que es una sensación de que determinadas acciones –factibles- conducirán a un resultado. El entusiasmo es la anticipación de la satisfacción por el logro. Todo este cuadro mental y energético, es lo que pudiera llamarse sentido de certeza.
Según las investigaciones en la Psicología el gatillo para activar el ciclo activo lo constituye la sensación de libertad. Es la forma de cambiar lo que en deportes se llama un juego a la defensiva a uno a la ofensiva. Algunos autores lo han llamado autonomía, autodeterminación y accountability. Usando las palabras de Viktor Frankl, comienza por elegir el modo como queremos ver las cosas. Más importante que la libertad entendida como un ejercicio analítico de escogencia entre opciones, es la sensación subjetiva de libre elección: es la sensación de que escogemos vivir lo que tenemos enfrente y que lo afrontamos con total compromiso y entrega a la situación (engagement).
Nota (*): en los días previos al momento de escribir este articulo, hubo varias protestas estudiantiles en contra del Gobierno y, en particular, me tocó en carne propia que al ir a la universidad como de costumbre a dictar clases, de pronto se armó una propuesta en las afueras, quedando «preso» por todo el tiempo que esta duró en las instalaciones. Algunas bombras lagrimógenas cayeron dentro de la universidad, por lo que hubo que dar carreras para protegerse de los perdigones y buscar el aire fresco.
Hola Victor
Muy bueno tu artículo…. tengo una explicación tpecnica de porque tengo este stress con tu primo Hugo… a ver somo me olvido del tipo y sigo adelante con lo mío
Saludos
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Lo que propongo no es evadir la realidad ni disminuir con el compromiso con la situacion que uno enfrenta, sino de enfocarla como un evento informacional para la toma de decisiones y no quedarse presa de las emociones.
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Excelente querido amigo. Me parece muy profesional y maduro de tu parte «tomar una cucharada de tu propia medicina». Tengo plena seguridad de que ese tipo de vivencias le imprimen una autenticidad muy convincente a tus charlas y escritos que perciben seguramente todos los que te leen y escuchan. Nos comunicamos muy poco y por esa causa no puedo desaprovechar la oportunidad para renovar mis mejores deseos para ti en todo lo que haces. Abrazos y éxito
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Gracias por tus palabras. Un cordial saludo!
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